MAÍZ CONTAMINADO
Dijo mi primo “Me aburro, tengo calor”,
“Y yo igual, es de esperar”.
“¿Qué cosa divertida podríamos hacer?”
“Pues un plan a maquinar”.
Pensamos y cavilamos, nuestras cabecitas ardían,
Llenas de chispas y coraje vivaz.
“Asaltamos el alambique y robamos la bebida.
Para emborrachar las pitas será eficaz”.
La alquitara rebosaba, totalmente desprotegida
En un santiamén cumplimos la faena
El gallinero tranquilo a pleno sol,
Las pitas, cual monjas de serenas.
Cogimos el pienso y lo empapamos de licor
Lo esparcimos por todo el corral.
Las gallinas cloqueaban, contentas lo picaban
El gallo lo engulló en cantidad brutal.
De repente su ala arriba desplegada
Mas su rueda mareada no atrajo pita
Ellas se caían, en pie no se tenían
Gracioso como nunca estaba la corraliza.
Magníficos el cortejo y cacareo del gallito
Su galanteo nos hizo suspirar.
En vano resistieron las hembras sus deseos
Vimos como hicieron las plumas revolotear.
Sobre todas se echó, con la cresta aupada
Un gran escándalo se formó, en fin
Las pitas, la pura Babilonia,
Y el gallo, Rin-Tin-Tin.
De repente gritó mi madre con angustia
“¿Qué es lo que habéis hecho, chavales”?
Su cesto se cayó, sus ojos como platos
Bajo las tejanas calenturas estivales.
Olió el licor y adivinó enseguida
La bonita faena que habíamos hecho
Entró en el gallinero siguiendo su olfato,
Allí estaba claro el cuerpo del delito.
“Echasteis a perder el maíz. Ya os advierto:
No habrá huevos en un mes entero
No tendréis postre, ni chicle, ni dulces
Hasta que a las pitas se les pase esto”.
Mi tío propinó una buena tunda al primo,
Mamá sobre sus piernas me azotó
El espectáculo detrás de la leñera
Mucha lástima dio.
Mi primo comentó, “Me duele mucho el culo”.
“Y a mí igual, es de esperar”.
Frotamos suavemente nuestros traseritos
No teníamos otra cosa de que hablar.
Y entonces sonreímos pensando en las pitas,
Y en el gallo achispado.
Mamá nos llamó, “Chicos, ¿cómo estáis?”
Y olimos el aroma de su caldo sazonado.
No podíamos montar, ni trepar,
Y con dificultad podíamos sentarnos.
Pero por semanas el cuento fue contado
Y “Sí”, dijimos, “valió lo que pudiera costarnos”.
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